Supersticiones en el mundo de la aviación

Aviones sin fila 13, vuelos con números especiales, pasajeros que se ponen siempre la misma camisa o que escuchan el mismo disco una y otra vez, ¿quieres saber cuales son las supersticiones más raras en el mundo de la aviación?

Los números de la suerte y el miedo al 13

Son muchas las aerolíneas padecen de “triscadeicafobia” o miedo al número 13: aproximadamente el 25 % de las aerolíneas ha suprimido la fila 13 en sus aviones, y son muchos aeropuertos no tienen puerta de embarque 13.
La aerolínea Continental Airlines, por ejemplo, solía evitar a toda costa el número 13: ni puerta de embarque 13, ni fila 13 en sus aviones. Veteranos de la aerolínea creen que esta fobia proviene del accidente del vuelo 1713 en Denver en 1987.
¿Y que ocurre cuando se fusionan aerolíneas con diferentes supersticiones? Se le podría preguntar a United, que no tenía ningún problema con el número 13, pero que tras su unión con Continental tuvo que quitar las filas con este número para adaptarse a la triscadeicafobia de su socia, y así poder compartir vuelos.
No es de Finnair, pero también era un Vuelo 666
Además del 13, también se retiran los números de vuelos que tuvieron algún accidente: Alaska Airlines retiró el 261, por respeto a las víctimas del accidente del vuelo 261 en el año 2000; US Airways no ha usado el Vuelo 1549 desde el famoso accidente de 2009 en el que uno de sus aviones tuvo que aterrizar en el río Hudson de New York (afortunadamente sin víctimas, en este caso); American Airlines y Delta Air tuvieron accidentes de Vuelos 191, y desde entonces no usan este número; y American Airlines y United retiraron los números de los vuelos de los atentados del 11 de septiembre. En recuerdo de este atentado, hay muchas aerolíneas que no usan el 911 tampoco.
Otro número de mal augurio es el 666, el “número de la bestia” según la Biblia, y que por lo tanto no es usado por varias aerolíneas. Pero no todas son tan cristianas, ya que el pasado mes la aerolínea Finnair tuvo un vuelo muy “satánico”: el viernes 13 de septiembre se realizó el Vuelo 666 con destino a HEL(código IATA de Helsinki, además de palabra muy similar a “hell”, infierno en inglés). A pesar de todas estas referencias infernales, el vuelo llegó a su destino sin ningún tipo de incidente.
Pero no todo son los números prohibidos: algunas aerolíneas ponen números relacionados con la buena suerte en el juego, como el Vuelo 711 a Las Vegas de Southwest Airlines, o el Vuelo 649 de Alaska Airlines, llamado así por la lotería 6/49.
De todas formas, hay que decir que la ausencia de números no siempre está causada por la superstición: los aeropuertos suelen dejar algunos libres para poder reorganizar las puertas sin tener que remumerar todo, y las aerolíneas tienden a numerar todas las filas de sus aviones de la misma forma, independientemente del modelo.

El ritual del pasajero

Entre los pasajeros también participan de las supersticiones, pero de una forma más “libre” que las aerolíneas y sus números. El auxiliar de vuelo Bobby Laurie cuenta, como testigo de excepción, que a veces “embarcar es un espectáculo”“Dos pasajeros que vuelan regularmente entre Los Angeles y Washington llevan siempre la misma camisa” dice Laurie. Otros “llevan siempre la misma manta con la que taparse”. Incluso una señora “siempre insiste en abrocharse el cinturón con un monito de peluche para que le dé buena suerte”.
Algunos pasajeros adquieren rituales que necesitan repetir en cada vuelo. Tal es el caso de Brian Cohen, que durante su primer vuelo internacional, con destino a Paris, estuvo escuchando el disco de Elton John “Captain Fantastic and the Brown Dirt Cowboy”. Desde entonces, en los vuelos internacionales siempre escucha las mismas canciones en las mismas fases del vuelo.
Su “placentera tradición, no superstición” como él mismo la define, llega a tal punto que esconde los auriculares para poder escuchar las canciones durante las fases de vuelo en las que los dispositivos electrónicos deben estar apagados, e incluso, si el despegue se retrasa, repite en bucle una canción para no avanzar a la que correspondería al momento exacto del despegue.